domingo, 8 de enero de 2012

Cuidados de un niño recien nacido

Alimentación
Es común que el recién nacido tenga un color amarillento, es que su hígado todavía no está maduro, y a medida que recibe la alimentación el mismo realiza sus últimos ajustes.
Verás que tu bebé se la pasa durmiendo, y prácticamente se despierta sólo para alimentarse. Por eso no sólo es importante la alimentación que reciba, sino el afecto y protección que le transmitas en el momento de alimentarlo.

Lo mejor para tu bebé es la lactancia. Allí te explicamos todo lo que debes tener en cuenta a la hora de amamantar a tu bebé. No olvides que es el mejor alimento que el pequeño puede recibir en sus primeros días de vida.
Si tu bebé precisa alimentación con fórmula presta mucha atención a la higiene con que la preparas. Las tetinas deben estar muy bien esterilizadas, lávate las manos con precaución antes de preparar la fórmula.
El bebé te exigirá que lo amamantes cada tres o cuatro horas, incluso en la noche, por lo que tu sueño será interrumpido varias veces. Por comodidad, y porque nos gusta mucho tener a nuestro bebé acurrucadito a nuestro lado, es común que le demos el pecho acostadas y nos quedemos dormidas junto a el. Cuando se sienta satisfecho, el se soltará y se quedará dormido también. Ten cuidado con esto, no lo tomes a la ligera, pues si te duermes muy profundamente puedes sofocar al bebé, o quizás lo sofoque tu pareja, ten en cuenta que es muy pequeño. Lo que se recomienda, es que el bebé duerma en su cuna.
Es común que el bebé pierda de peso los primeros días de vida. Pero pasados estos días tu bebé debe aumentar de peso. Si es así, es que todo marcha bien. Es importante la consulta mensual que haces con el pediatra, para que controlen su peso y tamaño, si hay algo que no está bien, el médico te lo hará saber.

Como hacerlo erutar
Luego de darle el pecho puedes levantarlo con la cabeza recostada en tu hombro y darle unas palmaditas en la espalda, esto ayuda a que largue el aire que tragó mientras lo amamantabas, y ayuda, entre otras cosas, a evitar que vomite y tenga gases. Ponte un paño o algo para evitar que te ensucie. Otra manera es colocarlo semisentado sobre las piernas, sostenerlo por el abdomen, con la cabeza hacia abajo y darle palmaditas en la espalda. Si aun así no eruta, colócalo boca abajo por poco tiempo, y vuelves a repetir la maniobra, así varias veces hasta que finalmente erute.

Vómitos
Con respecto a los vómitos, son normales en un bebé, si no se repiten demasiado. Es común que los bebés regurgiten luego de comer. Pero lo normal es que a medida que el bebé crece, la tendencia a vomitar disminuya, si no es así, consulta con un médico.

Deposiciones
Las primeras deposiciones de tu bebé serán viscosas, de color verde oscuro, se llaman meconio. Se forman en el intestino antes de que el bebé nazca. Para el segundo o tercer día las heces comienzan a variar, dependiendo de la alimentación.
Lo común es que defeque luego de cada alimentación, aunque a veces no es así, y pueden estar varios días sin defecar, esto también es común.
Las heces de un bebé alimentado con leche materna o fórmula son verde amarillento, pastosas. Si la consistencia es dura, debe consultarse al medico, quizás el bebe este estreñido.
Si tu bebé tiene diarrea te darás cuenta porque sus deposiciones son más liquidas y con mas frecuencia, y debes consultar con el medico. Debes prestar atención a la higiene en la alimentación, sobre todo si tu bebe es alimentado con formula.

Flemas y mocos
Es común que los recién nacidos tengan flemas, por lo que te será muy útil tener una pera, con la que podrás extraer delicadamente las flemas, para ayudarlo a respirar sin dificultad. Debes tener muchísimo cuidado, es una maniobra que requiere mucha delicadeza. Se la coloca apretada y despacio por la boca, llegando a la parte detrás de la lengua, la sueltas lentamente, y la pera aspirará las flemas. El bebé debe estar de lado. Si te da miedo hacerle daño a tu bebé con este procedimiento, lo mejor es que consultes a un pediatra y el te enseñe cómo hacerlo.
Los recién nacidos, no saben respirar por la boca, por lo tanto es importante que su nariz esté libre de mocos. Una buena manera de extraerle los mismos es después el baño, cuando los mocos están mas blandos y no adheridos, aspirarlos con una pera delicadamente. No uses bastoncillos, ya que los meterás mas en vez de sacarlos. Si el bebe tiene la nariz muy congestionada, llama al medico, y pregúntale que hacer, ya que quizás en el intento de ayudarlo, lo perjudiques, y recuerda, los bebes no saben respirar por la boca.

Ombligo
Tu bebé tendrá la ligadura en el ombligo aproximadamente una semana, entre 5 a 10 días, y se caerá sola. No se debe mojar bajo ningún concepto, solo debes limpiarlo diariamente con alcohol, y una vez que se haya caído, debes limpiar el ombligo con agua y un jabón neutro. Mientras el bebé tenga la ligadura, debes prestar atención a que el ombligo esté siempre seco, sin sangrado, sin secreciones o mal olor. La piel alrededor del mismo no debe estar roja. Si percibes que algo no está bien con su ombligo, acude a un pediatra, porque puede tener una infección y precisará una atención especial.

Higiene
La higiene de tu bebé también es muy importante. Los bebés se pueden bañar desde los primeros días, siempre teniendo mucho cuidado de que el nivel del agua no llegue al ombligo. Otras madres prefieren que se les caiga el ombligo antes de sumergirlos.
Pero aunque no lo sumerjas debes ingeniártelas para higienizarlo, con un algodón, o un paño de algodón muy suave. El jabón que uses se aconseja que sea neutro, sin perfumes ni ningún tipo de agregados, ya que estos componentes pueden irritar la piel delicada y sensible del bebé. Debes quitarle el jabón por completo.
Una vez que puedas sumergirlo en una bañera, trata de que su cabecita esté siempre por fuera del agua, mientras lo bañas con una mano, sostenle la cabeza siempre para mantenerla fuera.
Cada vez que defeque debes cambiarlo y limpiarlo, no lo dejes sin cambiar, ya que la materia fecal suele causarles unas paspaduras terribles, incluso heridas. Y aunque no haya defecado, si el pañal está demasiado mojado, debes cambiarlo también. Trata de que tu bebé este siempre seco. Se recomienda que cada vez que le cambies los pañales uses agua tibia que será inocua para su piel, ya que algunos productos de limpieza, aceites o cremas están contraindicados en los bebés pequeños. Tampoco se aconseja el uso de talcos, puede haber riesgo de aspiración y causar daño en sus pequeños pulmones. Luego de que lo higienices, asegúrate de que está bien seco, no lo dejes húmedo, se puede paspar. En el caso de las niñas, los genitales deben limpiarse de delante hacia atrás para no arrastrar hacia la vulva las bacterias de la zona anal. En los niños, el pene y los testículos deben limpiarse sin hacer retroceder el prepucio.

Uñas
Es importante que las uñas del bebé estén cortas, para evitar que se rasguñe y lastime. Lo más práctico es cortarle las uñas cuando el bebe esté dormido, ya que estará bien quietito y podrás manipular sus pequeños deditos con comodidad, el ni se enterará. Hazlo con mucha delicadeza y cuidado.

Ropa
La ropa que debe usar tu bebé debe estar lavada con jabón neutro. No uses otro tipo de productos ya que pueden provocarle alergias o irritación.
Los bebés recién nacidos suelen tener dificultad en controlar su temperatura corporal, por lo que deben estar adecuadamente abrigados pero no en exceso. La mejor ropa que puede usar tu bebé es de algodón, la lana suele causar irritación.
Debes tener mucho cuidado con el sol, protegerlos mucho, sobre todo la cabeza y la cara.

Contacto
Mas allá de todos los cuidados físicos, también es muy importante el contacto físico que tengas con él. Tu calor y el sonido de tu corazón, lo reconfortarán y se sentirá protegido y seguro, de la misma manera que cuando estaba en el vientre materno.
Es importante que estés tranquila, tus cuidados y atención le transmitirán amor, confianza y seguridad. Y si tu estás tranquila y feliz, lo más probable es que él también.
Es importante todo lo que le transmitas, favorecerá en su desarrollo y personalidad.
Háblale, cántale, mímalo, pero tampoco lo protejas en demasía, lo puedes angustiar. Lo saludable para su desarrollo psicológico y emocional es mantener un lógico equilibrio entre tus ausencias y presencias. El bebé debe aprender a tener confianza que si te ausentas, volverás. Se sentirá tranquilo y confiado, y de esta manera estará preparado para independizarse y explorar el mundo sin temores.

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